La
La autoestima, además es aprender a querernos y respetarnos, es algo que se construye o reconstruye por dentro. Esto depende, también, del ambiente familiar en el que estemos y los estímulos que este nos brinda.
En la violencia
familiar las víctimas y los victimarios poseen muy
baja autoestima, ya que por un lado, la víctima es alguien
al que maltratan sin que ésta pueda poner límites y
no se da cuenta de que está siendo abusada. Por otro lado,
los victimarios compensan lo inferior que se sienten, maltratando
y abusando, en este caso, de un familiar.
Muchas de las heridas emocionales que tiene una persona,
producidas en su niñez pueden causarnos trastornos
psicológicos emocionales y físicos (cáncer,
úlceras, hipertensión, trastornos cardíacos
y alimentarios, problemas en
la piel,
depresiones, etc.), produciendo dificultades en la vida de las
mismas(conflictos
serios en el trabajo,
disminución de la energía y de la capacidad
creativa, relaciones matrimoniales desastrosas, no poder hacer o
conservar amigos, poco entendimiento con las hijas e
hijos).
Existen padres, madres, docentes o cuidadores que
humillan, desprecian, no prestan atención, se burlan o se
ríen del niño/a cuando pide ayuda, siente dolor,
tiene un pequeño accidente, necesita que lo defiendan,
expresan miedo, piden compañía, se aferra buscando
protección, tiene vergüenza, etc.. Estas actitudes se
completan con otras totalmente opuesta, desmostrándole al
niño que es "querido y bonito" creándole una gran
confusión. Pero estas muestras de cariño son
aparentes, adjudicándole un rotulo a su identidad, que
trae como consecuencia un peso negativo en formación y en
el desarrollo de
sus capacidades.
En el momento en que la persona afectada es adulta,
transmitirá la humillación o el maltrato a personas
más pequeñas o vulnerables. Es una cadena
hereditaria de abuso y poder, ya que
el desprecio y la vergüenza vivida en la infancia son
la fuente de los problema que afectan en la vida adulta y los
causantes de la baja autoestima.
La principal imagen y
más generalizada forma de violencia es
el maltrato emocional. Hay muchas maneras pasa asustar a un
niño y hacerlo sentir culpable e intimidado, sin recurrir
a la violencia
física. El
niño o la niña se atormenta con pensamientos y
sentimientos que no pueden comunicar ni compartir con nadie y
aprenden a soportar el dolor y el silencio.
La autoestima y la
comunicación están muy relacionadas, porque
según como se diga algo, el efecto será positivo o
negativo, de aprendizaje o de
resentimiento, que se transmite desde la infancia hacia
el futuro. Por esta razón, se entiende que los padres y
madres que dañan la autoestima de sus hijos no siempre lo
hacen intencionalmente, ya que ellos fueron educados del mismo
modo.
Cuando los padres quieren que sus hijos reaccionen como
ellos desean, suelen comportarse de maneras particulares. Estas
maneras pueden ser:
Mártires: controlan al niño
haciéndolo responsable de su sufrimiento y culpable por
todo lo que pueda querer o hacer que no le caiga bien a estos
mártires, a quienes nada les viene bien, y recurre a las
quejas, los reproches, las lagrima, las amenazas de que les va a
dar una ataque, etcétera.
- - Ves como me sacrifico por vos y no te importa-
- - Dejé todo para criarte y me lo pagas haciendo eso-
- - ¿En que nos equivocamos que nos haces estas cosas?-
Los dictadores: controlan al niño o la
niña atemorizándolos cuando hacen algo no
autorizado, son estrictos y amenazantes para que obedezcan y todo
los enfurece. Condenado de manera inapelable al niño, con
burlas, gritos, despliegue de poder y
dominación.
- - Como podes ser tan estúpido/a, como no te das cuenta de las cosas-
- - Te avisé y ahora vas a ver lo que te pasa por no obedecer-
- - Yo no tengo que darte explicaciones, lo haces porque te lo ordeno y punto-
A veces estos roles (mártir y dictador) se
combinan, se alternan y agregan mas confusión a los chicos
porque también van acompañados con demandas o
manifestaciones de cariño. Y si un hijo llega a quejarse,
a llorar o a reclamar por el trato que recibe puede volver a ser
juzgado, culpado y descalificado.
"Según se hallan comunicado nuestros padres con
nosotros así van a ser los ingredientes que se incorporen
a nuestra personalidad, nuestra conducta, nuestra
manera de juzgarnos y de relacionarlos con los
demás.
Esas voces quedan resonando dentro de nosotros toda la
vida. Por eso hay que aprender a reconocerlas y anular su poder
para que no nos sigan haciendo sufrir, para liberarnos de esos
mandatos distorsionados y para no volver a repetírselos a
nuestros hijos e hijas.
Ninguna forma de maltrato es educativa y ningún
mensaje o comunicación que culpabiliza, critica,
acusa, insulta o reprocha es un buen estímulo para nadie.
Y menos en la infancia, cuando no hay posibilidades de
defenderse, protejerse o entender que es la impotencia y el
desconocimiento de otras formas de trato lo que lleva a los
padres y madres a asumir ese papel de
mártir o de dictador."
"Lo primero que hay que entender es que no podemos
hacernos cargo toda la vida de los problemas que
amargaron o hicieron de nuestros padres y madres personas
mártires o dictadoras. Basta con empezar a investigar de
que manera nos afectaron esas actitudes,
para comenzar a liberarnos de sus efectos y no repetir nada de
esto con los propios hijos e hijas, con nuestros alumnos, con
cualquiera de nuestros chicos o chicas que puedan estar a nuestro
cuidado."
3 comentarios:
Está muy interesante, además de tener muy buena entrada, el diseño esta lindo, sigue asi (:
Esta muy bueno tu blog ,me parece muy interesante tu tema tratado,espero publique mas entradas.
Es espacio familiar es el escenario práctico para que desarrollemos la capacidades básicas, formarla es todo un reto, peor mas aun aprender a convivir siendo empáticos y considerados con los nuestros
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